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Jaque mate en ajedrez como en la vida puede ser un camino de estrategias
NSE » CLUBES Y DEPORTES » 7 AGO 2020
Por:
Licenciado Guillermo Cavia
Un pastor está en las montañas recostado en la hierba suave, el sol le acaricia la piel y el viento apenas le mueve el sombrero de paja. Mientras cuida su rebaño de ovejas talla las piezas de un ajedrez. Ya las tiene casi todas y está trabajando en los últimos peones. No muy lejos de allí otra escena sucede, se trata de un rey aventurero que aprovecha la mañana para cazar por las colinas que él gobierna. En su regreso a su palacio, luego de haber estado todo el día y tener la fortuna de traer consigo varias piezas, se cruza con el pastor. Al Rey le llamó la atención la belleza de las piezas del ajedrez con que el pastor jugaba solo. Como el monarca solía decir en su reino que era un gran conocedor del arte del juego, bajó de su caballo y le propuso al pastor una partida.
Todo estaba dispuesto, incluso los sirvientes que acompañaban al rey se encargaron de encontrar un lugar cómodo que pudiera servir en la contienda. La partida de ajedrez comenzó y ante la perplejidad de los sirvientes, el rey recibió jaque mate en cuatro sorprendentes jugadas. A partir de allí esa combinación la llama “mate del pastor”.
Nunca se sabrá con certeza si el ajedrez se inició en la India, bajo el nombre “chaturanga” y luego hizo sus propios movimientos, para llegar a Rusia, Persia, China y también a Europa, que hizo la normativa del juego que se conoce hasta hoy. Pero nadie con certeza quién o quienes crearon tan bellísimo juego. Hasta algunas investigaciones ubican el origen chino, en la región entre Uzbekistán y la antigua Persia, que se podría remontar hasta el siglo III a. C. Pero nada de esto es verdaderamente cierto o comprobable. Sin embargo la historia hace alusión a un registro literario muy antiguos sobre el juego del ajedrez, está expresado en un poema persa, escrito en el siglo VI. No hay dudas que luego los árabes al conquistar Persia asimilaron el juego y lo difundieron en Occidente.
¿Qué pasó en el mate pastor? Es en ajedrez, uno de los jaque mate más cortos que se conocen y ocurre tras los cuatro primeros movimientos del blanco y los tres primeros del negro, aunque con este último es menos frecuente. Este jaque mate de las cuatro jugadas puede ser alcanzado de muchas maneras diferentes. La manera más común se produce después de que el peón blanco avance de 1.e2-e4, seguido del movimiento de alfil a 2.Ac4, el movimiento de dama a 3.Df3 o Dh5 y entonces la captura final 4.Dxh5#.
Cada pieza tiene un valor relativo que le es asignando para determinar el desenvolvimiento y la fuerza de cada uno. Allí se pone en el juego la apreciación que el jugador decida darle en los movimientos o en la decisión de sacrificar una de ellas. Así cada pieza tiene puntos asignados: el peón 1 punto, el alfil 3 puntos, la torre 5, la dama 9, el caballo 3. Para transformarte en un experto de ajedrez puedes ingresar a los tutoriales on line que te harán de un jugador aficionado a uno especializado.
También en ajedrez hay una puntuación que se denomina Elo, porque un jugador se determina a partir de sus resultados contra otros jugadores, como si se tratase de un ranking. La diferencia de la puntuación Elo entre dos jugadores determina una probabilidad estimada de puntuación entre ellos, llamada “puntuación esperada” o expectativa. La puntuación esperada de un jugador es su probabilidad de ganar más la mitad de su probabilidad de hacer tablas. Por ejemplo, una puntuación esperada de 0,75 puede representar un 75% de opciones de ganar, un 25% de probabilidades de perder y 0% opciones de hacer tablas. Pero, en el otro extremo, también podría significar un 50% de opciones de ganar, 0% de probabilidades de perder y 50% de opciones de hacer tablas. Las matemáticas y el ajedrez se llevan de forma excelente. Con la puntuación Elo, la probabilidad de empatar, al contrario que tener un resultado decisivo, no está especificada en el sistema, considerándose un empate como media victoria y media derrota.
Ahora ¿qué es Elo? Tiene que ver con el nombre un profesor que trabajó para la United States Chess Federation o USCF (Federación de Ajedrez de Estados Unidos). En 1959 se lo designó presidente del Comité de Puntuación. Se trataba de un ferviente ajedrecista aficionado, que basado en datos estadísticos previos (el sistema Harkness, desarrollado por Kenneth Harkness a comienzos de los años 1950), concibió un nuevo método estadístico que la USCF adoptó oficialmente en 1960; y posteriormente en 1970 también la Fédération Internationale des Échecs o FIDE, hasta la actualidad casi sin cambios. Por ejemplo Bobby Fischer número uno del mundo, tiene un puntaje de 2760. Pero quien está en el puesto 10, Efim Geller, ostenta un puntaje de 2615.
Nada sería más oportuno en medio de una pandemia, donde la idea principal es quedarse en casa, que aprender el arte del ajedrez. Acaso sabías que en 1851 se celebró el primer torneo internacional de este maravilloso juego en Londres. Habrás notado que el saber no ocupa lugar así que quizás es hora de iniciarte en una arte que aún no dominas y que ha sido parte de una invención genial. Existen varias páginas en la web que pueden ofrecerte la oportunidad de aprovechar el tiempo, porque así como estás en línea con amigas y amigos hace décadas que el ajedrez lo está mediante computadoras, con competiciones en línea y facilitando el análisis de las partidas.
Un tablero de ajedrez en la mesa de tu casa puede ser la puerta a un mundo fantástico y desconocido. Es parte del beneficio de jugarlo. No debes tener una edad adecuada, porque quizás si no sabes nada del juego, un niño de cuatro podría vencerte en cuatro jugadas. Te permite ser el programador del juego y quien lo ejecuta y lo disfruta. En el tablero está tu mundo y es un juego que presenta ventajas en todas las edades. Agiliza la mente y te permite imaginar las jugadas como si una máquina del tiempo te llevara a lo que vendrá.
El ajedrez tiene en su espíritu de la ciencia y jugarlo te hará un desarrollador científico porque en él se presentaran todas hipótesis que se deben verificar o descartar. Si estás dispuesto a ser un jugador experto busca en la web y vas a encontrar toda la información necesaria sobre algo que será apasionante. Además te dejo un dato: Cuando el rey se dio cuenta que había perdido la partida en menos de cinco minutos, tan solo en cuatro jugadas, desterró del reino a los caballeros y cortesanos, porque se dio cuenta que siempre lo dejaban ganar. Además nombró Duque del ajedrez al pastor, que hasta ese momento cuidaba unas pocas ovejas. También a aquella jugada de esa tarde le puso “jaque pastor”.
Licenciado Guillermo Cavia
Recuerdo de la Primaria y la Presidencia de Arturo Illia
Por: Ricardo Jaén
Había algo en común entre mi maestra de séptimo grado en el año 1966, la Profesora Laura Arreta de Lad, de la Escuela Graduada Joaquín Víctor González anexa a la Universidad Nacional de La Plata y el entonces presidente de la Nación, Arturo Umberto Illia, que no eran precisamente sus ´´colores políticos, ni sus creencias religiosas, ni leían los mismos autores, ni veían las mismas películas y casi es seguro que tampoco vieran los mismos programas de televisión y menos aún la fascinación que tenía mi maestra por la pintura y los museos (en particular por el Louvre) mientras que la política era la principal actividad de aquel mandatario que había nacido con el siglo.
La comunidad estaba dada en que ambos pensaban que la educación era el agente del cambio para el progreso social e individual y el instrumento por excelencia que el estado debía asegurar en su calidad y accesibilidad para que existiera igualdad de oportunidades y movilidad social ascendente.
Estos valores estaban profundamente arraigados en el pensamiento de la población independientemente de su condición socioeconómica y su posición política. Por supuesto que existían matices, pero a nadie le pareció una cosa que llamara en ese momento demasiado la atención que durante ese gobierno se destinara el 23 % del presupuesto nacional a la educación (la mayor cifra en la historia hasta el presente, que sí llamó la atención a la UNESCO que señalaba que la Argentina, había logrado lo que pocos, el óptimo porcentaje de asignación de recursos para la educación) simplemente porque estaba en perfecta consonancia con lo que la sociedad pensaba, fuera esta radical, peronista, socialista, conservador o no tuviera preferencias políticas definidas, era solo una cuestión de sentido común.
El mensaje era claro, al menos el que uno recibía de su casa y en la escuela. Estudiar para aprender para estar mejor. Si bien el salario docente en cualquier nivel era tema de reclamo permanente, también es justo decir que un modelo de automóvil fue asociado al docente en general, el Citroën 2cv, al menos hasta los años setenta. Esto que parece una simple ´´anécdota´´ revela la distancia que había en el desarrollo y complejidad entre el sistema educativo público y privado aquí existente y el resto de américa latina e incluso países de la Europa atlántica como España y Portugal.Esto se explicitaba claramente en la cultura donde mediante las editoriales de Buenos Aires se publicaban desde los clásicos, libros de texto, libros de lectura infantil y hasta el espectacular despegue de los jóvenes novelistas latinoamericanos, con los que se educaba el resto de Hispanoamérica.
En sus universidades en particular, la UBA, la UNLP y la UNC se educaban los futuros dirigentes políticos, sociales y culturales de una muy buena parte de américa. La calle Corrientes en la capital porteña era una meca intelectual para los jóvenes de los países de origen latino por sus teatros, librerías y cafés sin horario. En el cine se anunciaba el eminente estreno de ´´ Un hombre y una mujer´´ de Claude Lelouch y la próxima llegada de ´´Persona´´ de Ingmar Bergman, mostrando aún la persistencia del cine europeo sobre la arrasadora industria de Hollywood, con sus películas subtituladas frente al doblaje que tenía el cine en casi toda américa y España, por los altos índices de analfabetismo.
Ese año, por septiembre llegará el séptimo albún de estudio de los Beatles, ´´Revolver´´ y su memorable ´´Eleanor Rigby´,mientras que en el Instituto Di Tella muestras de artistas como Le Parc y Mac Entyre convivían junto a exhibiciones como “Picasso,150 grabados y obras de Xul Solar ante masivas concurrencias.
Mientras tanto, Alberto Ginastera como compositor y Manuel Mujica Láinez como libretista están escribiendo la ópera Bomarzo prohibida luego por Juan Carlos Onganía. Es el año en que es presentado el ´´auto argentino por excelencia´´ El Torino´´ producto de Industrias Kaiser Argentina en sus tres versiones, los cupés 380 y 380 W, y el sedán 300. Podríamos hablar de los méritos de la presidencia de Arturo Illia que los números arrojan como que: bajo la desocupación, disminuyo la deuda externa, se sancionaron las leyes de Salario Mínimo, Vital y Móvil, la también llamada ley de medicamentos y su exitosa campaña nacional de alfabetización. Todo ello dentro de una administración austera como era su vida personal. De honestidad y honradez no la sumo a esta columna porque nunca nadie en aquellos años consideraría eso como virtudes, sino de valores innegociables.
También podríamos hablar de deméritos: la represión de los actos públicos peronistas, la proscripción del peronismo, haber cedido al poder militar y solicitar a la dictadura que gobernaba Brasil que no permitieran llegar a Juan Domingo Perón a la Argentina en el ´´operativo retorno en 1964´´. La no investigación de la desaparición del militante sindical Felipe Vallese. La persecución de algunos artistas identificados con el peronismo. La persecución y suspensión de la personería gremial de algunos sindicatos.
Por cierto, mi admirada maestra de séptimo también tenía enormes méritos y algunos deméritos que prefiero olvidar.
Pero no es el tema de esta crónica.
La siempre caprichosa mirada apunta a que ese día en el que tristes y grises hombres como Pistarini u Onganía, por citar individuos del partido militar y sus corporaciones asociadas provocaron que, una mañana muy fría del 28 de junio de 1966 nos avisaron las autoridades de la Escuela que nuestros padres y transportes pasarían a retirarnos y que se suspendían las clases hasta nuevo aviso.
Mi maestra, que detrás de sus anteojos oscuros de aumento uno podía imaginar que en sus ojos algo pasaba, alcanzó a despedirnos con estas palabras: ´´… no importa cuando nos volvamos a ver, mañana o dentro de una semana, seguiremos estudiando y aprendiendo a pensar porque para ello la Universidad tiene una escuela primaria y ustedes asegurado sus ingresos en cualquiera de los secundarios de la UNLP, el Nacional, el Liceo o Bellas Artes y luego si pueden deben continuar sus estudios universitarios, porque en definitiva que nos eduquemos es lo único importante. Hasta mañana. ´´
No era un golpe militar con apoyo civil más, era el comienzo del principio o el fin del principio, por el cual comenzamos irremediablemente a retroceder camino a lo que hoy somos como sociedad: carenciados
@r_jaen Profesor en Historia (UNLP). Analista en riesgo político. Director Académico de la Cátedra Libre de Periodismo y Comunicación Mariano Moreno (UNLP)
La casa de la vuelta
Nosotros vivíamos a la vuelta, exactamente a siete casas. La mamá era profesora de Biología y daba clases en el mismo colegio que asistíamos con mi hermano, él a primer año de secundario y yo a tercer grado. Era una mujer muy fina y agradable que solía usar un perfume que todavía recuerdo. Mi hermano dice que la tuvo varias clases y que explicaba muy bien, que tenía una claridad perfecta al hablar. Vivir a la vuelta es estar mirando hacia otro lado. Si mi casa da al Este, la de la vuelta da al Norte o al Sur. Mis incursiones en la vereda de la profesora de biología se daban mientras paseaba en mi bicicleta verde y allí a veces, en las tardes de verano y primavera, la mujer se sentaba con su niño pequeño que apenas caminaba, entonces en mis vueltas lo saludaba. Era un niño hermoso con el pelo de trigo y los ojos de campo. Como viento pasaba cerca de él agitando mi mano derecha hacia un lado y a otro saludándolo a él y a la mamá.
“Saluda Andrés, decile chau al nene”, le hablaba la madre mientras yo como trompo giraba y daba vueltas a la manzana. Había otras, muchas casas, pero creo que esa era la más bella. Las ventanas eran grises de hojas altas cuyos balcones se engrosaban hinchados hacia fuera con barras de bronce. En los marcos de las puertas calzaban las caras de angelitos que parecía siempre miraban para ver quién entraba y quién salía. La puerta era de madera buena y la fachada pintada de celeste suave, casi pastel. La casa me llamaba y siempre tuve intriga de estar allí dentro. Hasta hoy.
Puedo haber soñado durante un tiempo, puedo haber perdido un cielo o quizás dos. Mi niñez transitó en absoluta paz, entre libros de aventuras, los amores de mis primas, los buñuelos de la abuela. Las hadas que me dejaron una tarde re rocíos y esencias en medio de un beso, las visitas al campo y mi mirada que siguió dando al Este, en donde aprendí a recibir nuevos vientos, distintos tiempos, una carrera y los sentires plenos.
La casa bella de celeste suave a poco de mis rondas en bicicleta cambió. Una mañana lo advertí. Una de las ventanas de hojas estaba abierta y uno de los vidrios biselados estaba roto. Mi corta edad no me permitió comprender y ni siquiera advertir que la señora agradable y su bebe ya no estaban viviendo allí. Con el paso del tiempo el celeste se fue ajando y las tres ventanas de hojas cayeron, en parte venciendo las bisagras por su propio peso. La puerta de roble permaneció cerrada y la única abertura posible era el vidrio roto de la primera ventana. Por el agujero más de una vez miramos con mi hermano, pero la oscuridad no nos dejó ver más allá de unas telarañas y un escritorio con una silla encima, como si se quisiera alcanzar una lamparilla de luz.
La vida tiene tantos cruces como puede. A veces la sombra se cruza con la luz, otras la vida con muerte, no son antagonismos sino encuentros, no son palabras diferentes sino palabras que se cruzan, van y vienen y se hallan, coinciden en tiempo y espacio.
Hace años que tengo el programa de radio, todas las noches, de 22:00 a 23:00 horas. Es una radio modesta, pero con buena audiencia. A mi mesa se han sentado escritores de barrio, concejales, alumnos de escuelas, músicos, deportistas, vecinos, personajes. La hora transcurre en torno al invitado, es una charla en donde él trae la música que se ha de escuchar y que ha de estar acompañando de fondo y luego conversamos, de su vida y del país en el que nos toca vivir. La gente puede llamar y opinar y la audición anda tan bien que he tenido propuestas de otras emisoras, pero la verdad estoy cómodo en éste ámbito.
La noche terminaba, es martes 05 de junio de 2001, acabo de entrevistar a un joven de 24 años que pertenece a la agrupación H.I.J.O.S. Estoy cerrando el programa con Sui Generis que se siente como un símbolo. El muchacho me contó de su vida y de la desaparición de sus padres y el por qué de cada iniciativa que toman. Tuve gran cantidad de llamadas y la hora del programa voló. Se escurrió como a veces lo hace el tiempo cuando puede. La fecha de hoy no es una fecha más y esta entrevista tampoco lo ha sido porque el azar me ha dejado en medio de un cruce. Como una luz que puede atravesar el espacio y a varias estrellas. Como septiembre que despierta las flores y a todos los duendes. Como si una hoja de otoño eligiera caer sobre un espacio exacto de tierra y no en otro, sino ahí.
El joven con el que camino por la calle es mi entrevistado. Le digo que el 05 de junio de 1977 yo tenía 8 años y una bicicleta verde, que entonces como ahora la libertad era parte de mi vida y en ella me echaba a andar. Nada más ocurría para mí en esa época de juegos y paz. Él me mira y se ríe mientras avanzamos. Caminamos varias cuadras hasta que nos detenemos en una vereda, allí extrae del bolsillo de su jean una llave que abre una puerta de roble, porque el azar, porque uno de los cruces de la existencia me sorprendió en esta noche. Frente a la mesa de trabajo, en la entrevista, tenía a Andrés, el mismo niño de cabellos de trigo y ojos de campo. El mismo que vivía con su mamá en la casa de ángeles que miran, la misma que ahora me abre la puerta en medio de la noche, a la vuelta de mi casa.
Comenzaron las charlas en el Círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos Aires
El Círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos Aires ante la Cuarentena por la Pandemia comenzó un ciclo de charlas virtuales sobre Periodismo mediante la plataforma zoom. En la oportunidad la apertura del ciclo estuvo a cargo del reconocido periodista nacional Carlos Campolongo. Tambibén expuso la periodista local Mónica Pérez y la presentación y coordinación del encuentro estuvo a cargo del vicepresidente del Círculo de Periodistas, Hugo Mársico.CARLOS CAMPOLONGO En la oportunidad, el periodista Carlos Campolongo, destacó el rol del periodismo para mantener informada a la población en la pandemia y también profundizó sobre la actividad periodística señalando que “desde hace tiempo venimos observando que el periodismo tal como lo conocimos está dejando de existir, ante la transformación que vienen teniendo los soportes comunicativos”. “Además en la llamada post verdad hay una distorsión de la realidad con la intención de generar opinión pública e influir en actitudes de la sociedad, apelando a cuestiones emocionales que tienen más influencias que en los hechos en sí mismo, o sea se trabaja sobre la persona más en sus emociones que en su aspecto crítico. También la información que se transmite perdió la necesidad de usar fuente para que sea válida”, agregó.EL ROL DE LA MUJER En tanto, la periodista Mónica Pérez rescató la importancia del rol de la mujer en el periodismo en este tiempo “ya que vino muy postergada en la historia de la profesión, es más hubo un tiempo que una mujer en la gráfica escribía notas y tenía que firmar con un nombre masculino, de eso venimos”. Agregó que “hoy hay medios en distintos países y en Argentina que tienen mujeres editoras de género. El enfoque de una determinada nota puede ser distinto si la escribe un hombre o una mujer “.PRESENTACIÓN La presentación del Ciclo, en representación del Círculo de Periodistas, de su presidente Eduardo Tucci y de la Comisión Directiva, estuvo a cargo del vicepresidente de la entidad Hugo Mársico quién resaltó que “este inédito tiempo hace que reemplacemos por virtualidad los grandes encuentros presenciales que teníamos a sala llena en nuestra sede de la 48; hoy los salones están vacíos pero el corazón del Círculo y el de las instituciones presentes están en su gente y laten en este ciclo por Zoom, en el programa de Instagram, o el festejo de los 112 años o el día del Periodista que lo hicimos en vivo por facebook; ya vamos a volver a juntarnos”. En la oportunidad Mársico y la periodista Pérez coincidieron en recordar a la ya desaparecida periodista Marisa Alvárez, quien fuera presidenta del Círculo y secretaria de redacción del diario El Dia.PRESENCIAS Del lanzamiento, además de periodistas, participaron representantes de instituciones de la Ciudad de La Plata como: Silvana Rossi, presidente Sociedad Escritores Pcia Bs As SEP; Pedro Elizalde, presidente del Banco Alimentario La Plata; Alberto Alba, presidente, y Delfina Balduzzi, secretaria, de la Federación Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata; Alejandro Carranza, Colegio de Abogados La Plata; Fabián Di Mattia, presidente Rotary Club La Plata; Ricardo López Santi, Sociedad Cardiología; Cristina Espinosa, especialista en turismo; entre otros.
El Círculo de Periodistas comienza con un Ciclo de Charlas Virtuales
El Círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos de Buenos Aires, en otro paso histórico en sus 112 años de vida y en tiempo de pandemia de Coronavirus Covid-19, va a comenzar desde la Ciudad de La Plata un ciclo de Charlas Virtuales sobre Periodismo, lo hará a partir del miércoles 22 de julio, a las 17,30 horas, a través de la plataforma Zoom.
La apertura desde la ciudad de Buenos Aires estará a cargo del reconocido periodista Carlos Campolongo, quien hablará sobre “El Periodismo en Tiempo de Pandemia”, y estará acompañado por colegas locales.
El Circulo tiene previsto desarrollar estas charlas cada 15 días exclusivamente con temas ligados al periodismo.
Carlos Campolongo
Con relación a Carlos Campolongo hay que destacar que nació en la Ciudad de Buenos Aires, que es Periodista, Abogado, Psicólogo, y Profesor Universitario.
Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Cardenal Newman, a donde se recibió de bachiller, y luego se formó como Periodista y trabajó en los Canales TV 9, 11, ATC y América; también con una extensa trayectoria en Radio en Belgrano y Splendid, entre otras.
Además, se graduó de Abogado en la Universidad del Salvador y a posteriori en la carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Aires; siendo profesor de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Escribió columnas en diarios porteños como Clarín, La Nación y Página 12. Incursionó en la literatura con libros y fue Legislador Porteño.
PERÓN Y EL ODESSA CRIOLLO. MITOS Y VERDADES
julio 17, 2020
Por: Ricardo Jaén.
En su espléndida novela “La misteriosa llama de la reina Loana”, Umberto Eco nos habla de su protagonista, un hombre de 60 años quien como producto de un accidente ha perdido la memoria personal ligada a sus emociones e intentará recuperarla en la casa de su infancia en un desván en que están guardados los libros, cuadernos de la escuela, los comics, los discos, recortes de periódicos y los programas de cine de las películas favoritas de su primera etapa de vida.
Con todos “esos documentos” a disposición toma su cuaderno de segundo grado y con gran sorpresa encuentra una nota de sus padres de adhesión a Mussolini; sorprendido, revisa otro cuaderno de un año superior y vuelve a encontrar adhesiones similares e inclusive más “militantes”. Su inmediata conclusión fue que sus padres al menos simpatizaban con el fascismo. Su teoría se derrumba cuando su mujer le cuenta que sus padres eran socialistas y que accedían a esas “proclamas o versos laudatorios” para no perjudicarlo en el estricto régimen persecutorio de enseñanza que había instaurado el dictador italiano. Los documentos eran reales, pero le faltaban el contexto y las verdaderas intenciones de aquellos actores, que en este caso termina resolviendo la historia oral
.
Me pareció oportuno este recuerdo, porque esta crónica con su siempre caprichosa visión, abordará un tema que está repleto de documentos verdaderos, falsos, hechos a medida, con interpretaciones que ignoran el contexto parcial o totalmente y casi siempre inspirados en intereses particulares.
Ya a fines del año de 1944, con una guerra totalmente decidida a favor de los aliados, miles de científicos, técnicos, burócratas especialistas en áreas tan sensibles como inteligencia o logística, criminales responsables de crímenes horrorosos y todo aquel que presentía que tenía “algo” del régimen
nazi para ofrecer, comenzaron una diáspora que se fue intensificando hasta “el sálvese quien pueda”.
La mayoría de los países occidentales y también la URSS trataron de “pescar” las mejores piezas en este revuelo y cada uno organizó algún tipo de estructura disfrazada dentro del estado con la misión de facilitar la llegada e inserción del fulano en cuestión.
Otra cosa muy distinta fue la organización ODESSA.
Hay suposiciones bastante bien sustentadas que opinan que la misma fue una creación de Heinrich Himmler y otras también con muy buenos fundamentos que sostienen que nunca existió como organización articulada y con objetivos claros como planificar y ejecutar el escape de las principales cabezas políticas del nazismo más una enorme maniobra de lavado de dinero (que ya hemos abordado en estas crónicas) que debía hacer sustentable estas operaciones.
Estos últimos creen que la novela de Frederick Forsyth (1972) “El expediente Odessa” es la que finalmente articula en su ficción literaria teñida de hechos reales, la tal Odessa.
Lo cierto es que si existió, se ocupó de los grandes: Martin Bormann, Adolf Eichmann, Josef Mengele, Erich Priebke o Klaus Barbie por citar algunos ejemplos.
En Sudamérica se la vinculó siempre a tres países que comparten frontera: Argentina, Brasil y Paraguay dentro de un territorio muy preciso que hace relativamente poco tiempo fue motivo de una investigación arqueológica por la UBA/Conicet (“Arqueología de un refugio nazi en la Argentina-Teyú Cuaré”, Daniel Schávelzon y Ana Igarreta, Editorial Paidós) y que permite pensar en una verdadera organización detrás de esa construcción y de cierto grado de connivencia con algún tipo de organismo oficial.
Descubierta en 1999 como producto “turístico”, se encuentra oculta entre dos acantilados, no puede ser vista aún usando el Google Earth por la solidez y sofisticación del bunker con paredes de casi tres metros de espesor. Contaba con un salón comedor, dos dormitorios, depósito, cocina, baño con bañadera de azulejos, cañería de hierro e instalaciones para agua fría y
caliente. Esta estructura más los objetos allí encontrados muestran claramente que tenía el diseño de una vivienda refugio con detalles para costumbres refinadas. También se hallaron monedas acuñadas entre 1938 y 1942 de distintos países, algún recorte periodístico del diario La Prensa de 1932, vajilla de porcelana y fotos de Hitler.
La leyenda del lugar sostiene que fue el hogar refugio de Bormann pero que en realidad, como cita Alfredo Serra en su nota sobre el tema (Infobae), la fortaleza inexpugnable fue diseñada para el Führer que, por supuesto, nunca usó.
Lo cierto es que salvo esa curiosa construcción no se encuentran pruebas o documentos sobre la existencia formal de la organización operando en connivencia con el gobierno de Perón, salvo las fabricadas por el gobierno de los EEUU cuando, terminada la guerra y hasta 1947, se replantea la relación de enfrentamiento a la de aliado de segundo orden.
Es Washington quien en el período que va desde 1943 a 1947, pone la luz sobre figuras y episodios, la mayoría reales, pero dándole un carácter de verdadera organización en la Argentina con apoyo del gobierno peronista, proyectando hacia el resto del mundo un especie de “antro y protección de los criminales nazis” y ni siquiera descartaban al propio Hitler viviendo en una lejana cabaña en Bariloche. Sacaban así del paisaje a su gran aliado en América del Sur, Brasil, país que curiosamente sí figura como “paraíso” futuro en documentos oficiales nazis en donde aparece la propia opinión de Hitler en ese sentido. No existe en cambio mención de él sobre Argentina. Siempre se refiere a Brasil o en su defecto a Sudamérica.
Veamos entonces qué es lo que arma en realidad Perón para capturar para sí lo que la Alemania nazi dejaba en su caída en “recurso humano” interesante, no por ideología sino por lo que podían aportar casi en su totalidad desde el punto de vista técnico o científico.
Sólo para recordar el contexto, cinco años antes, en 1940, la prensa nacional, salvo el diario de Natalio Botana “CRÍTICA” que desde el principio descreyó de la propaganda nazi, tenía posiciones tanto editoriales como de artículos firmados que hoy serían escandalosos.
“LA RAZÓN” ese año recién comenzó a dejar su claro discurso antisemita para empezar a criticar al gobierno nazi.
“LA NACION”, si bien siempre catalogó al régimen nazi de dictadura, no cuestionó sus políticas racistas y antisemitas hasta finales de 1938. Cuando estalló la guerra, tuvo siempre palabras laudatorias para Mussolini como el hombre que traería la paz a Europa. Recién a fines de 1940 adoptó una línea clara de denuncia al totalitarismo.
“LA PRENSA” ciertamente desde el comienzo cuestionó fuertemente la llegada de Hitler al poder, pero con el tiempo comenzaron a aparecer artículos que destacan los esfuerzos del gobierno nazi en su lucha contra el comunismo y la efectividad de las políticas sociales. También, como los demás, será en el comienzo de la década del 40 cuando se volverá severamente crítico con el gobierno alemán no así con el Duce italiano en quien depositaba también esperanzas en cuanto a su rol de “pacifista”.
Estas citas no son a manera de denuncia, por el contrario tratan de explicar lo que era el nazismo en su contexto de época. Las atrocidades aparecerán claramente una vez terminada la guerra bajo el paraguas de que había que “recuperar al pueblo alemán” para la lucha contra el comunismo.
Por lo tanto, la denuncia de los campos de concentración y el juicio de Nuremberg tuvieron un principio y un final por “las nuevas exigencias del mundo bipolar”. Recién a mediados de la década del 60, los documentales que consiguen liberar material de censura de guerra, el cine, la literatura y la masividad de la televisión convertirán en globales las imágenes del plan de exterminio ejecutado por Heinrich Himmler.
Ahora bien, veamos cómo estaba estructurado “el Odessa criollo” organizado por Perón en su presidencia que no distaba mucho de la que tenían la mayoría de los países, sólo que era mucho más precario y tenía por objetivo reclutar lo que las potencias (EEUU, URSS, Inglaterra, Francia) descartaban porque tenían “mejores opciones”.
Se habían armado tres estructuras que funcionaron con cierta coordinación hasta fines de 1947 cuando a partir de la nueva política entre
EEUU y Argentina, Perón decidió desactivarlas gradualmente: La Dirección de Inmigraciones, el grupo de allegados y las oficinas de presidencia.
En la primera, el hombre responsable era Santiago Peralta, maestro de profesión, se desempeñaba como Inspector General de Escuelas y en la década del 20 se doctoró en Antropología en la UBA. De fuerte militancia yrigoyenista sufre un “destierro” en la década del 30 en Alemania, donde trabaja en la Universidad de Berlín y también forma parte del Instituto Iberoamericano del Tercer Reich. A su vuelta en los años 40 adscribió al nacionalismo vernáculo. En 1945 es nombrado, a propuesta del General Felipe Urdapilleta, Ministro del Interior del gobierno del General Farell, en la Jefatura de la Dirección de Inmigración. Confirmado en 1946 se le encarga la creación del Instituto Étnico Nacional.
El grupo de allegados tenía en Juan Carlos Goyeneche uno de sus principales actores. Entusiasmado con las dictaduras europeas y fuertemente ligado a los grupos nacionalistas católicos, aprovechó su cargo de Agregado Cultural en Madrid (1942) para reunirse con Franco, Mussolini, Salazar y Laval. Pero no llegó nunca a Hitler sólo a Ribbentrop y Himmler. Su principal problema para relacionarse fuertemente con el nazismo era lo ateo de ese movimiento y la forma despectiva y también persecutoria que el mismo tenía sobre los católicos y el Vaticano. El “Bebe” como se lo conocía, menciona en varios informes que, en su reunión con Himmler, éste le decía que no encontraba diferencia en el discurso que en su pueblo daba el cura con el del dirigente comunista. (Este personaje termina siendo comando civil durante la autodenominada revolución libertadora como consecuencia del rompimiento de Perón con el Vaticano y durante breve tiempo Secretario de Prensa del gobierno de facto)
También participaban de este grupo: Pierre Daye, belga, colaboracionista con los nazis durante la guerra, Jacques Marie de Mahieu, antropólogo francés también colaboracionista con las fuerzas de ocupación, Branko Benzon, croata, médico, que terminó siendo por un tiempo médico personal de Perón.
Las aquí llamadas Oficinas de Presidencia, por su ubicación dentro de la Casa de Gobierno, eran comandadas por Juan Duarte, hermano de Evita, y
Francisco Dodero, empresario naviero, y coordinadas por Rodolfo Freude, conocido como ´´Rudi´´, hijo del empresario Ludwig Freude amigo del Presidente, quien lo había refugiado en su casa de verano en una isla del Tigre cuando fue destituido de sus cargos en el gobierno de Farrell.
Finalmente, el nexo entre Migraciones, allegados y la oficina de Freude, estaba a cargo de Carlos Horst Fuldner, un argentino/germano quien había participado en la guerra con el grado de Capitán de las SS y a su vuelta fundó la empresa CAPRI (Compañía Argentina para Proyectos y Realizaciones Industriales).
Si tuviéramos que evaluar los resultados hasta 1948, en que dejó de funcionar coordinadamente, la más beneficiada fue la Fuerza Aérea que con la inclusión de Kurt Tank y numerosos pilotos, técnicos y ex oficiales de la Luftwaffe, la convirtieron en poco tiempo en la fuerza más poderosa de América Latina.
El resto, con el proyecto Huemul y Richter adentro, no prosperaron en sus propósitos originales y lo que quizás sí ocurrió, pero de manera natural fue la incorporación de mano de obra técnica muy calificada como producto de la inmigración natural que la Argentina recibió una vez terminada la guerra.
Posiblemente algunos de los protagonistas citados hayan participado con grupos locales en apoyatura de criminales de guerra famosos como Mengele o Eichmann en su paso por el país o su instalación en él y queda claro también que no había interés del gobierno en perseguirlos aunque desde 1947 tampoco ningún gobierno occidental lo tenía.
@r_jaen
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PUBLICAMOS EL TRABAJO GANADOR DEL PRIMER PREMIO, CINCO SABIOS CIUDAD DE A PLATA, OBTENIDO POR MARTIN ZUCCATO
Luz y sombra de un Piamontés llamado Carlo:
A fines de 1878 Carlo Luigi Spegazzini, joven nacido al norte de Turín, y recién graduado en la Real Scuola de Vitivinicultura y Enología de Conegliano, Italia, se despidió –en dialecto piamontés- de sus padres, radicados en Bairo, Torino, y se embarcó hacia Río de Janeiro, según la tradición emigratoria italiana de su época, para desarrollar su profesión y ganar experiencia científica como botánico.
Llevaba las invitaciones recibidas desde aquel país para integrarse a los claustros universitarios, y también desde la Universidad de Buenos Aires, que por aquellos años las cursaba a todas las universidades del viejo mundo, ávida de incorporar el saber europeo al desarrollo local, tal como lo indicaba el dogma de la llamada generación del 80, por entonces gobernante.
Al arribar a tierras cariocas, Carlo contaba con 21 años, una sólida formación cultural y profesional, una férrea determinación y una barba crecida al estilo de su maestro y mentor, el también botánico especializado en hongos, Pier Andrea Saccardo.
Sobre la marcha, se decidió a cambiar sus planes, porque la epidemia de fiebre amarilla que azotaba el Brasil, lo convenció de dirigirse a probar suerte hacia Buenos Aires, a sabiendas que allí comenzaba a prosperar una nutrida colonia de piamonteses e italianos en general, hallándose la Presidencia de la Nación en manos de Nicolás Avellaneda.
Así, en el verano de 1879, mientras Chile invadía la provincia de Antofagasta y comenzaba la guerra entre este país y la confederación Peruano - Boliviana, el joven Spegazzini llegaba a Buenos Aires y, a través de su amigo y compatriota el naturalista Domingo Parodi, comenzaba a desempeñarse como asistente en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
Rápidamente ganó prestigio y apoyo entre sus colegas, por su carácter amable –provenía de una familia de diplomáticos por parte de madre- y su brillante erudición. Al poco tiempo, en oportunidad de dar una conferencia sobre la importancia económica de determinadas plantas, conoció al ex presidente Sarmiento. Sarmiento para entonces, ya estaba sordo como una tapia, e invitó a Carlo Luigi a su casa (que a estas alturas ya era Carlos Luis), y le pidió que le repita toda la conferencia en un marco menos bullicioso, para poder comprender cada palabra. El gran Sanjuanino quedó encantando con Spegazzini, con quien trabó amistad. Esta y otras conexiones determinaron que fuera elegido para formar parte de la comisión de científicos encargada para fijar el lugar donde debía asentarse la todavía inexistente Capital de la Provincia de Buenos Aires, lo que hizo con gran dedicación, valiéndole ello que las futuras autoridades del Museo de La Plata lo convocaran a esta ciudad, donde fijó definitiva residencia en el año 1884, en la calle 53 N° 477, a dos años de su fundación, forjando amistad con Florentino Ameghino, llegando a ser director de estudios y vicedecano de la facultad de Agronomía, todo ello antes de la reforma universitaria de 1918.
Por aquellos años, fue también uno de los organizadores del bosque platense, seleccionando y aportando las especies a plantar.
El hombre era explorador nato, y trabajador incansable. Buena combinación de la personalidad que le llevó a realizar más de 20 expediciones por Argentina, Chile, Brasil y Paraguay, -cuando viajar era aún un asunto de riesgo-, identificando así miles de especies de plantas y de hongos, que eran su especialidad, de los cuales a su llegada sólo se tenía medio centenar de registros.
En uno de esos viajes –el más famoso- se dirigió a Tierra del Fuego como integrante de la expedición italo-argentina a cargo del Capitán de la Armada Real Italiana Giacomo Bove. Allí, luego de reconocer la flora y fauna de la costa patagónica, la corbeta en la cual se desplazaba naufraga por los fuertes vientos, estando fondeada en la Bahía Sloggett, cercana a la isla Picton. Spegazzini logra salvar su vida y parte de las especies recolectadas, nadando una y otra vez entre la corbeta y la orilla por las frías aguas australes.
Este incidente lo lleva a trabar relación con misioneros y habitantes originarios, interesándose en su idioma y realizando interesantes recopilaciones de palabras y una gramática de leguaje alakaluf, que luego le sería de gran ayuda.
Brindó su compromiso y su profunda erudición a la Universidad Nacional de La Plata, donde enseñó botánica, zoología, mineralogía y química, y tuvo que bregar ante la legislatura –con éxito- para evitar el cierre de facultades por problemas económicos.
Tuvo diez hijos con su esposa María de la Cruz Rodriguez, de los cuales muy pocos lo sobrevivieron. A todos los nombró con nombres inventados en homenaje a su pasión por la química, que no por ello estaban exentos de belleza –Etile, Rutile, Propile, entre otros-
Su hija mayor, Etile Carola, química y candidata a ser su sucesora intelectual, fallece imprevistamente en 1925 de un ataque de apendicitis. Su nombre derivaba de un hidrocarburo de la serie etilénica.
Sus expediciones se vieron favorecidas por el afianzamiento del Estado Nacional que se produjo a fines del siglo XIX, y el interés de la Nación en conocer y afianzar su dominio sobre las vastas extensiones poco conocidas de la Patagonia, el Chaco y otros sectores del territorio distante de la Capital Federal.
Ese afianzamiento nacional colisionaba contra los intereses de Chile y de los pueblos originarios. Ante ambos apoyó a la postura del gobierno imperante.
Con sus conocimientos geográficos, favoreció la posición argentina en los conflictos limítrofes con Chile de la época.
Más oscuro fue su rol frente a las naciones originarias desplazadas: ciertamente algunos hechos indican que las veía como piezas de estudio, como razas pretéritas ya dejadas atrás por la evolución, con solo interés antropológico en su carácter de últimos representantes de razas extintas, siguiendo el criterio del director del Museo de La Plata Francisco Pascasio Moreno y del antropólogo Lehmann Nitsche que también colaboró en dicha institución.
Así vemos que gracias a su conocimiento del idioma de los tehuelches –era un políglota notable-, y mediante ruegos y regalos, según sus dichos, convence a los integrantes de la tribu del cacique Orkeke para someterse a diversas fotografías. Orkeke, junto con su esposa Haad y su hija Meka, integraban una tribu pacífica de 17 varones y 37 mujeres y niños, que fueron secuestrados por la fuerza y retenidos mediante engaños en las cercanías de Puerto Deseado, siendo trasladada luego a los cuarteles militares de Retiro, para robarles su tierra y su ganado. Es en Retiro donde Spegazzini consigue un prolijo conjunto de fotografías de ese grupo originario, sin duda de gran valor documental pero –creemos- con insensibilidad ante la violencia que sufrían los fotografiados.
Ese grupo desdichado retenido en Buenos Aires, fue en principio paseado por teatros y exhibiciones, ante las airadas denuncias del periodismo por su situación ilegal, para finalmente, desarraigados, morir sin jamás regresar a sus tierras.
Del mismo modo, hay registros de la entrega por Spegazzini de cadáveres de habitantes originarios del Chaco al Museo de La Plata, hombres, mujeres y niñas, que el mismo registro museológico señala como “personas de conocimiento del Sr. Spegazzini”. Algunos de esos cuerpos muestran evidencias de haber sido desenterrados. De más está decir que sus muertes fueron dudosas o directamente violentas.
Los cadáveres eran incorporados a las colecciones del museo, previa su disección o descarne.
Extrañas prácticas de manejo de cuerpos sin intervención del Estado, ni de la Policía ni de la Iglesia, según las denuncias que hace por la época el Diario La Capital de La Plata, ante las cuales Moreno se justifica con “el gran valor antropológico de los cuerpos retenidos”.
Era el momento de auge del positivismo, cuando se creía que el progreso sería eterno y que el mismo se produciría con sólo crear las condiciones adecuadas para atraer sabios y trabajadores calificados extranjeros.
Esa corriente de pensamiento a todas luces ha sido insuficiente para superar el subdesarrollo de estas regiones, pero nos ha dejado aportes favorables. Gracias a ellos y a su trabajo a favor de la educación pública, fuimos distintos en el mundo.
Carlos Luis Spegazzini fallece en 1926, a los 68 años, muy afectado por la muerte de Etile. Si bien tenía herederos, lega a la Universidad su obra, libros, instrumental y su casa de la calle 53, donde hoy funciona el Instituto de Botánica que lleva su nombre, devolviendo así con creces, lo que la ciudad le había dado.
Hombre singular y fuera de lo común, de pensamiento poderoso y apreciado por todos los que lo conocían, poseía las virtudes y defectos de su época.
Su luz aún alumbra desde el hemiciclo de los 5 sabios del bosque platense. No es la única luz, ni quizás tampoco esté exenta de sombras, pero el candil que nos ha dejado debemos utilizarlo, junto con otros, si es que queremos atravesar las tinieblas que aún nos rodean.